Comenzamos esta nueva sección del mundo de la grapa

La mayoría de nosotros sabemos lo que es una grapa.
Como definición sabemos que una grapa es una pequeña varilla de metal, con sus puntas (extremos) doblados hacia el mismo lado y en paralelo una con otra.

Las puntas son punzantes ya que deben ejercer presión sobre la grapa para que así, perforando la superficie, se fijen en ella.
De ahí, que desde su pequeño tamaño ofrezca una buena resistencia.
Este material se ha ido convirtiendo en habitual e imprescindible en temas de papelería y oficina.
Antes de desarrollar una mayor explicación de sus características y funciones. Hacemos un breve recorrido de su historia.
En las distintas construcciones de la época romana se han podido constatar que hicieron alguna grapa de madera con forma de doble cola milano, aunque las que más emplearon fueron las del metal. (bronce)
Se ha utilizado el bronce antes que el hierro, porque no se oxida, no aumenta su volumen (así evita que la piedra se rompa).
Al ser el bronce un material demandado en las diferentes épocas de la historia, cuando se ha necesitado, se han destruido los monumentos antiguos para poder abastecerse de este material.


El siguiente periodo donde aparece la grapa es la Edad Media
En este periodo se utilizó la grapa de hierro para atar sillares de una misma hilada
Estas grapas se solían colocar dobles, repitiéndose para formar el encadenado
El método más sólido para unir estas grapas era embutirlas en el grueso de la piedra y fijarla con plomo cuando la piedra permitía soportar el calor sin romperse
Cuando no era posible emplear el plomo se reemplazaba por azufre
Según las formas que tuviera el material para afianzar, se utilizaban la grapa cobre o de bronce

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